Sócrates:
Nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media. Su
padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación
entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros
años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la
sofística en Atenas. El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces
en torno al ser humano y la sociedad, abandonando el predominio del interés por
el estudio de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la
filosofía estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y
Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los
temas más propios de la sofística. No escribió nada y, a pesar de haber tenido
numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas
socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad
filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos,
como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema
socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del
contenido de sus enseñanzas.
Lo eterno y absoluto. Este es el tema que
ocupó al gran discípulo de Sócrates. Platón (427-347 a. C.) sintió la
fascinación por un tipo de realidad a la que desde lo mas íntimo de nuestro ser
aspiramos. Profundamente insatisfechos en nuestra condición de
"prisioneros de la caverna" aspiramos a otra vida más plena y afín a
nuestro ser esencial. El mundo eterno de las Ideas será el fundamento objetivo,
"alimento de las alas de nuestra alma", como nos dice Platón en
Fedro, en el que nuestra Razón debe sustentarse para alcanzar los tres grandes
propósitos de la vida: la Verdad, el Bien (que para Platón se cifra en el bien
individual y social) y la Belleza.
Recogiendo el testigo de Sócrates, y en
clara oposición a los sofistas, Platón defiende en sus "Diálogos" una
de las teorías filosóficas más completas e influyentes. Para destacar la
importancia del maestro de Arístóteles, Whitehead afirmó que la filosofía
occidental no es más que una serie de notas a pie de página de las obras de
Platón. Este juicio es exagerado pero indica muy bien la extraordinaria
importancia que tiene la filosofía de Platón
en la historia del pensamiento occidental. Con su estilo literario
genial e inconfundible, nos ofrece Platón en sus "Diálogos" uno de
los sistemas filosóficos más originales de la antiguedad; su influencia se
puede rastrear en muchas de las filosofías posteriores y llega incluso hasta
doctrinas tan importantes en el siglo XX como la fenomenología.
Aristóteles escribió cerca de 200 tratados
(de los cuales sólo nos han llegado 31) sobre una enorme variedad de temas,
incluyendo lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, filosofía
política, estética, retórica, física, astronomía y biología. Aristóteles
transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que tocó. Es
reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien
existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo
de Aristóteles donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al
respecto.
Entre
muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación
espontánea, el principio de no contradicción, las nociones de categoría,
sustancia, acto, potencia, etc. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para
la filosofía de
Eudoxo) durante los veinte años que estuvo en
la Academia de Atenas, luego fue maestro de Alejandro Magno en el Reino de
Macedonia, y finalmente fundó el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año
antes de su muerte.
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